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Las sesiones de recién nacido no tienen una duración determinada, aunque suelen durar entre 3 y 4 horas, ya que debemos adaptarnos al ritmo del bebé, parar cada vez que necesite comer, dormirle para que esté tranquilo y, en definitiva, hacerle sentir confortable, cómodo y protegido, sin prisas.

Siempre recomiendo hacer la sesión durante las dos primeras semanas de vida del bebé, ya que en este tiempo conserva la posición fetal y es más fácil colocarlo en las diferentes poses.
Intentaremos hacer las fotos por la mañana porque suele ser cuando están más relajados y la luz natural es mejor.

La sesión puede ser en mi estudio o en vuestra casa.
Y por supuesto, podrán participar tanto hermanos como tu pareja.

Aunque este tipo de sesiones puede realizarse tanto en estudio como en exteriores, siempre aconsejo hacerlas en el estudio si tu bebé tiene menos de seis meses, ya que estará más cómodo y se sentirá más relajado.

En ambas localizaciones me gusta combinar elementos decorativos para entretener a los pequeños, pero sin dejar pasar esos detalles como sus gestos y movimientos naturales que son los que le caracterizan.

Lo más importante en estas sesiones es que te sientas cómoda. Por eso, podemos realizar la sesión en mi estudio creando un ambiente íntimo o, si lo prefieres, podemos hacerla en tu casa siempre que contemos con una buena luz natural.

En estas sesiones me encanta mostrar indirectamente, por lo que, utilizo tules, encajes y todo tipo de telas que me permitan dar este enfoque.

También puede participar tu pareja o el resto de tu familia, y realizar fotos en exteriores, en la montaña o en la playa, creando esa conexión naturaleza-vida tan especial, y olvidándonos un poco de la cámara.

Lo que más busco en este tipo de sesiones es que los niños tengan una buena experiencia, creando ambientes divertidos en los que quede plasmada la personalidad de cada uno.

Por eso, antes de la sesión, me gusta saber cómo son, cuáles son sus aficiones, etc. De este modo, consigo reflejar de una manera muy personal la singularidad de cada niño. No hay dos sesiones iguales. Cada reportaje es un recuerdo único.

Lo ideal es realizar este tipo de sesiones en exteriores. Así conseguiremos fotografías más naturales y relajadas, sin poses forzadas.

Podemos pasar una divertida jornada en el campo, la montaña o en ese parque al que soléis ir en familia.